domingo, 9 de junio de 2024

Los catalanismos en las publicaciones. (Píldoras de estilo editorial, 3)

 


 

El hecho de que Barcelona (capital de Cataluña, cuya lengua propia es el catalán) sea el centro mundial de la edición en castellano y de que, en muchos casos, los editores y colaboradores del gremio tengan diversas variedades nativas del catalán, hace demasiado presente en los libros la interferencia del catalán en el castellano (un fenómeno distinto del de las voces del castellano históricamente procedentes del catalán). Y digo «demasiado presente» porque el mercado del libro en español es muy amplio y muy variado idiomáticamente y, salvo en las obras literarias, tiende en lo posible a la neutralización para evitar problemas de comprensión en el lector (lo que no resulta fácil debido a la escasez y a la deficiente disponibilidad de herramientas lexicográficas contrastivas y de bases de datos sobre variación geográfica).

Para ayudar a neutralizar un texto también en lo relativo a las consecuencias del contacto lingüístico catalán-castellano, se ofrece aquí un compendio de los catalanismos léxicos, morfológicos y morfosintácticos más frecuentes:

1. Catalanismos léxicos

Son catalanismos léxicos (términos o locuciones) frecuentes:

 

a más a más por además;

abrir por encender/prender o conectar;

aburrir por aborrecer: De tanto verlo lo tengo aburrido [cat. el tinc avorrit];

aparador por escaparate;

bambas por (zapatillas) deportivas o tenis;

cerrar por apagar o desconectar;

chafardear por cotillear;

clapa por mancha , o por calva, o por claro:

cuello por garganta o gaznate;

encontrar a faltar por echar de menos, echar en falta;

escaparse el tren/el avión/etc. por perder el tren/el avión;

estar en la cama por guardar / hacer cama;

estarse de por abstenerse de;

explicar por contar, narrar;

encante por baratillo, rastro, tienda de ocasión;

grande por mayor: Su marido es más grande que ella; Mi hijo grande tiene los ojos azules, pero el pequeño, los tiene marrones;

gritar más por levantar la voz, hablar más alto;

hacer por estudiar: Los jueves hago piano;

hacer años por cumplir años;

hacer asco por dar asco;

hacer bondad por portarse bien;

hacer un café (u otra bebida) por tomar un café (u otra bebida);

hacer buena / mala cara por tener / poner buena / mala cara;

hacer una conferencia por dar una conferencia;

hacer el efecto (algo a alguien) por dar la impresión (algo a alguien);

hacer gasolina por poner gasolina

hacer gracia por hacer ilusión, apetecer;

hacer miedo por dar miedo;

hacer una mirada por echar un vistazo o mirar;

hacer una película por echar / dar  / poner / proyectar una película

hacer la siesta por echar / dormir la siesta

hacer tarde/ hacérsele tarde (a alguien) por retrasarse ;

hacer vacaciones por estar de/ tomarse unas vacaciones;

haber por estar: Más abajo hay los pinares y el mar;

hablar flojo por hablar bajo, hablar en voz baja;

hablar fuerte por hablar alto, hablar en voz alta;

horno por panadería o tahona;

ir haciendo por ir tirando, salir adelante;

lampista por fontanero;

las cosas, como sean por las cosas como son;

mal por daño;

mirar de por intentar: Miraré de hablar con el director esta tarde;

natural por del tiempo: Ponme un agua natural;

oreja(s) por oído(s): Tiene la oreja fina;

paleta por albañil;

parada por puesto, tenderete;

paradista por comerciante ambulante o por expositor (refererido a una persona);

parado/a por pasmado/a;

paradoxal por paradójico:

parlante por hablante: Los catalanoparlantes suelen usar muchos catalanismos en castellano;

pensarse por creerse: ¿Quién te piensas que eres?

pequeño por menor;

pescatero por pescadero;

pesebre por belén, nacimiento;

pica por fregadero, pila;

plantar cara por revolverse, enfrentarse;

plegar por acabar de trabajar;

por descontado por por supuesto;

pote por bote, tarro;

primero de todo por antes que nada, en primer lugar;

¿quieres decir? por ¿estás seguro/a?;

rampa por calambre;

remarca por énfasis;

ropa por tela;

rustido por asado o por tostado;

saber mal (algo) por lamentar (algo);

sucar por mojar o mojar en/de;

tanca por cierre (de un vestido, etc.);

talón por tacón;

tirar por echar: Cuando salgas, tira esta carta al buzón;

tornavís por destornillador;

torre por chalet, casa de campo;

venir por ir: ¡Ya vengo!; Te vendré a ver pronto;

visitarse por ir al médico;

yo de usted/  por yo que usted/ tú;

¡y tanto! por ¡ya lo creo!

2. Catalanismos morfológicos y morfosintácticos

Son catalanismos morfológicos y morfosintácticos habituales:

1. El uso de sin con un valor adverbial que tiene en catalán, pero no en castellano, donde sólo es preposición:

Con bigote tiene más cara de policía que sin (en lugar de Con bigote tiene más cara de policía que sin bigote / sin él).
2. El uso del adjetivo indefinifo cada —que en castellano es distributivo— cuando el texto pide un sentido de frecuencia:
Los días de cada día voy a trabajar (en lugar de Los días de diario voy a trabajar).
Olga va cada semana a misa (en lugar de Olga va todas las semanas a misa).

Nota normativa: Este último uso es aceptable en castellano cuando, después de cada, se aplica un numeral (cf. <https://dle.rae.es/cada#6a9NObu>, acepción 2):

Su hijo la visita cada tres meses. 

3. La supresión de la preposición a delante de complemento directo de persona:

Hemos pasado de nombrar Messi balón de oro y pichichi a lanzarle las más duras críticas (en lugar de Hemos pasado de nombrar a Messi balón de oro y pichichi a lanzarle las más duras críticas).
Advertencia: Supone una ultracorrección (o un error, simplemente), añadir la preposición a delante de complemento directo de cosa:
Los primeros tipos emulaban a la caligrafía (palabra que, en griego, significa ‘escribir con letra hermosa’) y la escritura manuscrita cotidiana. 

4. El uso de la preposición de en estructuras partitivas impropias del castellano:

En Barcelona, de museos hay un montón (en lugar de En Barcelona hay museos a porrillo / En Barcelona hay muchos museos / En Barcelona hay museos a montones).
Ya basta de esto (en lugar de ¡Ya basta! ¡Es suficiente!)
5. El uso de que expletivo en oraciones interrogativas:
¿Que se ha roto? (en lugar de ¿Se ha roto?)
¿Que vendrás mañana? (en lugar de ¿Vendrás mañana?)
6. El uso del que galicado (también muy común en el español de América):
Fue entonces que noté que no estaba en su habitación (en lugar de Fue entonces cuando noté que no estaba en su habitación).
Fue por eso que recurrí a una gran amiga suya (en lugar de Fue por eso por lo que recurrí a una gran amiga de ella).
7. La supresión de que en la locución conjuntiva una vez que ‘cuando, después de que’:
Los bomberos solamente actúan una vez se produce el fuego. 

8. Cuando en la oración de relativo se repite la preposición de la oración principal, la supresión del artículo entre la preposición y el pronombre relativo:

En la ciudad en que vivo hay mucha contaminación sonora y atmosférica (en lugar de En la ciudad en la que vivo hay mucha contaminación sonora y atmosférica).

Hay muchos más casos de interferencia del catalán-valenciano en el castellano a todos los niveles. Para un conocimiento más profundo, se recomiendan esta obra:

Rodríguez Vida, Susana: Catalán-castellano frente a frente. Errores más habituales de los hablantes bilingües (pról. de J. Ruaix), Barcelona: Inforbook’s, 1997.



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