Va un breve apunte sobre qué resta profesionalidad y eficiencia a un corrector de textos y lo acerca a la operatividad de un corrector automático avanzado:
1⃣ Que un corrector no sepa
qué es la normalización (lingüística y no lingüística), qué es una norma, cómo y por qué se crean normas y estándares, ni cuándo una norma es
completamente arbitraria, deficiente o inadecuada para un determinado medio de comunicación, anula el juicio crítico y el discernimiento
que lo distinguen de un corrector de textos automático.
2⃣ Que un corrector no conozca la variedad idiomática y textual (geolectos, sociolectos, registros y géneros), ni comprenda las particularidades de la oralidad y del escrito, lo incapacita para analizar de manera certera qué usos son legítimos y adecuados para un discurso y contexto comunicativos concretos, y cuáles no, y para abordar un texto con la prudencia y respeto debidos.
3⃣ Que un corrector no sepa un mínimo de lingüística del corpus y todo lo posible de lexicografía para indagar sobre la validez y vigencia de un uso, discernir qué obras de consulta son rigurosas y fiables, y leer diccionarios con aprovechamiento, lo incapacitan para dilucidar dudas (¡e incluso para plantearse las dudas pertinentes!).
4⃣
Que un corrector no tenga nociones de diseño gráfico, no sepa qué
es la tipografía ni en qué principios se basa, ni la distinga de la
ortotipografía, lo incapacita tanto para preparar originales, como
para leer textos compuestos (sean digitales o materiales) y detectar
los aspectos formales que chirrían.
Además de las que
señalo, el corrector ha de tener otras más capacitaciones (uso de
tecnología, técnicas de documentación, rudimentos de toponimia y sistemas de escritura, metodologías de trabajo, técnicas de señalización
del texto...) y habilidades. Pero las cuatro deficiencias que acabo de
señalar son muy recurrentes y lo acaban degradando a un simple
ejecutor de reglas académicas y aplicador de correctores automáticos avanzados.
Así que, correctores: si quieren hacerse valer como un profesional necesario, que aporta realmente valor a la tarea de corrección, aprendan todo lo que un programa no va a poder hacer por ustedes y no se limiten al seguimiento de cuatro obras académicas, un libro de estilo y un par de diccionarios de dudas.
Silvia Senz
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